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Día del Campesino: una fecha para reconocer el trabajo y la lucha histórica del campo peruano

Día del Campesino: una fecha para reconocer el trabajo y la lucha histórica del campo peruano


Cada 24 de junio, el Perú conmemora el Día del Campesino, una fecha que busca revalorar el rol fundamental de los trabajadores del campo en la historia, la economía y la cultura del país. Más que un simple feriado, se trata de una jornada para reflexionar sobre los aportes, demandas y desafíos que enfrentan millones de personas que, desde el mundo rural, sostienen gran parte de la alimentación y el tejido social del país.

Del “Día del Indio” al “Día del Campesino”

El origen de esta celebración se remonta a 1930, cuando el entonces presidente Luis M. Sánchez Cerro instauró oficialmente el “Día del Indio” como reconocimiento simbólico al aporte de los pueblos originarios del Perú. Esta decisión respondía a un clima político influido por las corrientes indigenistas que, aunque paternalistas en muchos aspectos, empezaban a visibilizar el rol de las comunidades andinas y amazónicas en la identidad nacional.

Sin embargo, fue recién en 1969, durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, que la fecha adoptó su denominación actual: Día del Campesino. El cambio no fue solo nominal, sino profundamente político. Velasco impulsó en ese contexto la Reforma Agraria, una de las transformaciones estructurales más relevantes del siglo XX en el país, que buscó redistribuir la tierra y devolver derechos a quienes históricamente habían sido marginados del acceso a la propiedad y la ciudadanía plena.

Así, el 24 de junio pasó a representar también una memoria de lucha, resistencia y organización de los pueblos del campo frente a siglos de exclusión.

Un trabajo vital, muchas veces invisible

Según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), más del 80 % de los alimentos que se consumen en el país son producidos por pequeños agricultores familiares. Sin embargo, este dato contrasta con la situación de vulnerabilidad que aún enfrentan muchos campesinos y campesinas: acceso limitado a mercados, crédito, tecnología, seguridad jurídica de la tierra y servicios básicos como salud o educación.

El Día del Campesino no solo busca recordar el pasado, sino también llamar la atención sobre el presente. En un contexto de cambio climático, encarecimiento de los insumos agrícolas y migración del campo a la ciudad, se hace cada vez más urgente diseñar políticas públicas sostenidas y diferenciadas que reconozcan el aporte de la agricultura familiar y fortalezcan la soberanía alimentaria del país.

Celebración y reflexión en todo el país

En distintas regiones del Perú, el Día del Campesino se celebra con ferias, encuentros, reconocimientos y actividades culturales que visibilizan las tradiciones agrícolas, las prácticas ancestrales de cultivo y la diversidad de productos que ofrece cada territorio. Estas actividades son también un espacio para el reencuentro comunitario y la afirmación de identidades locales que han sido históricamente invisibilizadas desde el centro.

Instituciones académicas, como el Instituto de la Tierra (INTE) de la PUCP, también han recordado el valor de esta fecha, señalando que reconocer al campesinado implica entender su rol más allá de lo productivo: como guardianes del territorio, del conocimiento ancestral y de formas de vida alternativas al modelo urbano-industrial dominante.

Una fecha para valorar y visibilizar

El Día del Campesino representa una oportunidad para reconocer el aporte del campo al desarrollo del país, reforzar el conocimiento sobre la diversidad agrícola del Perú y visibilizar la importancia del trabajo rural en la vida cotidiana de todos los peruanos. Además, es una fecha que permite reflexionar sobre la necesidad de continuar promoviendo espacios que fortalezcan el bienestar, la productividad y el reconocimiento social de quienes viven y trabajan en el ámbito rural.

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