La organización de la final de la Copa Sudamericana 2025 empieza a generar dudas. A cuatro meses del partido más importante del torneo, la preocupación crece en CONMEBOL por los retrasos en las obras del estadio elegido en Bolivia. Aunque la ciudad de Santa Cruz fue anunciada como sede oficial, las demoras en la remodelación del Tahuichi Aguilera han encendido las alarmas. Y en medio de esa incertidumbre, empieza a sonar con fuerza una posible alternativa: Perú.
A través de una carta oficial enviada al presidente del Comité Organizador Local, Carlos Dabdoub, el organismo sudamericano expresó su “profunda preocupación” por el bajo avance de las obras, que solo registra un 11.98% de ejecución real cuando el cronograma proyectado indicaba que ya debería superar el 43%.
El informe técnico adjunto al documento califica el plazo de cumplimiento como “crítico”. Ante este escenario, CONMEBOL advirtió que si la empresa ejecutora, ARENA, no acredita un avance mínimo del 50% al 31 de julio de este año, se procederá a “recomendar el cambio de sede”.
Pese a la visita del presidente de CONMEBOL, Alejandro Domínguez, y a los compromisos asumidos por las autoridades bolivianas, el ritmo de los trabajos continúa generando dudas. Las remodelaciones en el Tahuichi incluyen la ampliación de tribunas y palcos, un nuevo sistema de iluminación LED, mejoras en el campo de juego, accesos, zonas de prensa, vestuarios y seguridad perimetral.
Sin embargo, las demoras logísticas y la falta de coordinación han complicado el cumplimiento del cronograma. La posibilidad de un cambio de sede ha abierto la puerta a nuevas alternativas, entre ellas Perú. Lima, que ya fue confirmada como sede de la final de la Copa Libertadores 2025 en el Estadio Monumental, aparece como una opción con respaldo logístico.
Tanto el Estadio Monumental como el Estadio Nacional de Lima cumplen con los requerimientos técnicos exigidos por CONMEBOL, como la capacidad para albergar público masivo, sistemas de seguridad modernos, instalaciones para prensa y condiciones adecuadas para los equipos.
Además, la ciudad ha demostrado solvencia organizativa para competencias internacionales, incluyendo partidos de selección, Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Por ahora, CONMEBOL ha otorgado un plazo máximo de 48 horas para que el Comité Organizador de Bolivia entregue información pendiente sobre la implementación del mobiliario del estadio y el alcance de conectividad.
Si no hay respuestas concretas ni avances físicos significativos en las próximas semanas, la Confederación no dudará en activar su plan B y mudar la sede de la final. Lima, una vez más, podría convertirse en protagonista para este segundo magno evento deportivo del año.
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