La Unión Europea ha lanzado un fuerte llamado a Israel para que abandone su ambicioso plan de construir aproximadamente 3 000 nuevas viviendas en Cisjordania, específicamente en la zona estratégica de E1, cerca de Jerusalén Este. Esta iniciativa fue impulsada por el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, quien ha declarado que busca «enterrar» la idea de un Estado palestino mediante la consolidación territorial.
Reacciones internacionales
Kaja Kallas, alta representante de la UE para asuntos exteriores, calificó el plan como una violación del derecho internacional y advirtió que coloca en peligro la viabilidad de la solución de dos Estados .
Alemania se sumó a la condena, señalando que los asentamientos propuestos “perjudican la movilidad palestina” y fragmentan Cisjordania, dificultando aún más un posible acuerdo de paz.
La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas también expresó su preocupación, al advertir que estos asentamientos podrían implicar desalojos forzosos y fragmentar aún más los territorios palestinos, lo que podría constituir crímenes de guerra.
Si bien la UE aún no ha implementado sanciones formales, ha comenzado a barajar la posibilidad de suspender parcialmente el Acuerdo de Asociación con Israel, especialmente en áreas como la cooperación científica
El “proyecto E1”, que busca construir un corredor de asentamientos en Cisjordania, ha despertado alto rechazo desde hace años por su claro impacto negativo en la conectividad territorial palestina. Diversos países europeos, incluyendo España, Alemania y Francia, han denunciado estos planes como ilegales según el derecho internacional y perjudiciales para cualquier avance hacia una paz duradera.