A más de 19,000 kilómetros de nuestro país, una estatua de San Martín de Porres encontró una morada permanente en la Iglesia Saint Joseph, perteneciente a la arquidiócesis de Singapur. La imagen llegó al país asiático para ser bendecida en la misa de Todos los Santos, celebrada el 1 de noviembre. Acompañará a otras destacadas figuras religiosas, como San Pedro Apóstol y San Antonio de Padua.
El santo peruano ocupó un puesto de honor en una misa organizada por la Embajada de Perú en Singapur, el pasado 3 de noviembre, día de su muerte en 1639. Presidieron la ceremonia el monseñor Marinko Antolovic, de la nunciatura apostólica y el rector de la iglesia, Joe López Carpio. Se congregaron, asimismo, representantes de la Orden Dominical.
Con la acogida de esta imagen, la Iglesia Saint Joseph, que ofrece misas en español, apeló a sus feligreses hispanos. Según la plataforma del Estado peruano, durante la homilía se destacó a San Martín como “símbolo de armonía racial y convivencia multicultural”. Su vida de humildad y servicio dejó una huella en la memoria colectiva de la Lima del siglo XVI, que aún se percibe en la actualidad.
San Martín de Porres es considerado el primer santo mulato de América. Hoy, ostenta un nuevo honor: ser el primer santo latinoamericano en integrar la vida litúrgica de este templo centenario, que ganó un referente de la fe, la diversidad cultural y la cultura peruana.
