La comunidad científica latinoamericana está de luto. A los 78 años, falleció Juan Carlos Bolcich, físico nuclear considerado el “padre del hidrógeno” en su país, debido a su extensa investigación del elemento químico como una fuente alternativa de combustible. En 1997, ganó atención mediática por un revolucionario proyecto: un auto con motor a combustión interna propulsado por hidrógeno, en lugar de nafta.
Nació en Necochea, pero desarrolló la mayoría de su carrera en San Carlos de Bariloche. Se trasladó a esta ciudad después de cursar sus primeros años de Ingeniería en la Universidad Nacional de La Plata entre 1967 y 1969, para continuar su educación en el Instituto Balseiro. Además de ser físico, Bolcich se formó como investigador y docente, y se dedicó a informar sobre los efectos de la contaminación producida por el uso irresponsable de energía.
En 1972, logró convencer a dirigentes de la ciudad de Pico Truncado para apostar por la creación de la primera planta de hidrógeno por electrólisis (proceso que separa a los elementos de un compuesto químico), con el propósito final de que la localidad acceda al combustible ecoamigable. Asimismo, fundó la Asociación Argentina del Hidrógeno.
“El hidrógeno para él fue y será siempre un medio de energía para que la gente pueda generar trabajo, tener su casa y comida de calidad” expresó con emoción su familia, tras anunciar su deceso.
