El documento de la organización de derechos humanos señala que se registraron violaciones al derecho humanitario y crímenes de guerra.
Amnistía Internacional (AI) acusó formalmente al movimiento islamista Hamás y a otros grupos armados palestinos de cometer crímenes contra la humanidad, incluyendo exterminio, durante y después de los ataques del 7 de octubre de 2023, que desencadenaron la guerra en la Franja de Gaza.
Según el informe de 173 páginas de la organización de derechos humanos, la matanza masiva de civiles ese día constituye específicamente el «crimen contra la humanidad de exterminio».
Violaciones detalladas y crímenes de guerra
El informe establece que los grupos armados palestinos «cometieron violaciones del derecho humanitario internacional, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante sus ataques en el sur de Israel». AI señaló que, además de los crímenes de lesa humanidad—que pueden ocurrir en tiempos de paz e implican un ataque generalizado o sistemático contra la población civil—, se documentaron crímenes de guerra, que son violaciones graves del derecho internacional en conflictos armados.
Entre los actos calificados como crímenes contra la humanidad por Amnistía figuran el asesinato, el exterminio, el encarcelamiento, la tortura, la desaparición forzada, la violación y «otras formas de violencia sexual».
Retención y maltrato de rehenes
El organismo también acusó a Hamás y otros grupos armados palestinos en Gaza de continuar cometiendo «violaciones y crímenes bajo el derecho internacional en su retención y maltrato de rehenes». Según el documento, la toma de rehenes se ejecutó como parte de un plan «explícitamente declarado y explicado por la dirigencia de Hamás y de otros grupos armados palestinos».
El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 causó la muerte de 1.221 personas. Además, 251 personas fueron tomadas como rehenes, de las cuales 44 ya estaban muertas al momento de la captura. De los 207 rehenes tomados con vida, 41 fallecieron en cautiverio.
Al momento de la publicación del documento, todos los rehenes vivos habían sido entregados a Israel como parte de un acuerdo de tregua en Gaza, con excepción del cuerpo de un soldado israelí.
En un contexto más amplio, Amnistía Internacional también ha acusado a Israel de cometer genocidio en su campaña de represalia en Gaza, una acusación que el Estado israelí ha rechazado sistemáticamente.
