La pérdida de importantes recursos militares del gobierno ruso, resguardados en la base de Kacha, en la ciudad de Sebastopol (península de Crimea) fue el resultado de uno de los últimos ataques enmarcados en el conflicto ruso-ucraniano. De acuerdo al medio Aviación Line, se confirmó la destrucción de un avión Antonov An-26, de la Fuerza Aérea Rusa, y un radar 64N6E. Para Rusia, se trata de la segunda pérdida de un vehículo pesado de uso militar esta semana.
El atentado contra el An-26 fue captado en vídeo por la unidad Prymary de la Dirección de Inteligencia de Ucrania. Las imágenes muestran a la aeronave antes de la detonación y movimientos caóticos en la pista poco después. Anteriormente, la milicia rusa ya había sufrido la baja de un Antonov An-22 Antei, el modelo de avión de turbohélice más grande del mundo, a causa de un accidente.
Medios de comunicación en Rusia confirmaron el registro de fallecidos, aunque el ejército no ha emitido cifras oficiales. Según los informes, las víctimas pertenecían a la tripulación del avión destruido y al personal de tierra.
En cuanto al radar 64NE, este instrumento es clave para el funcionamiento de las S-300, baterías antiaéreas de largo alcance. Aviación Line explica que la herramienta posee “capacidades avanzadas de gestión de batalla, con un rango de detección de hasta 300 kilómetros y la capacidad de rastrear simultáneamente hasta 300 objetivos”. Al tratarse de un radar de defensa aérea, su pérdida se considera “dejar un punto ciego” en la protección del cuartel.
Este no es el primer ataque a la base de Kacha. En septiembre, ataques de drones ucranianos inhabilitaron un vehículo anfibio Beriev Be-12 y un helicóptero Mi-8. El nuevo atentado se suma a los golpes logísticos que las tropas rusas vienen enfrentando.
