Por Sofía Saturno-Nota Especial
Cada 15 de diciembre, la comunidad esperantista recuerda al médico polaco Ludwik Zamenhof, creador del esperanto, idioma que buscó unir a los pueblos más allá de las fronteras.
El 15 de diciembre se conmemora el Día de Zamenhof, fecha que recuerda el nacimiento en 1859 de Ludwik Lejzer Zamenhof, médico oftalmólogo polaco y creador del esperanto, un idioma pensado para ser una lengua universal que promoviera la comunicación y la paz entre los pueblos.
La celebración tiene sus orígenes en 1920, cuando intelectuales y activistas esperantistas como Julio Baghy y Nikolao Nekrasov propusieron instaurar un día en honor al creador del idioma. Desde entonces, cada año se realizan encuentros, conferencias y actividades culturales en distintas partes del mundo.
El esperanto fue concebido como una lengua auxiliar internacional, sencilla y neutral, que permitiera superar las barreras lingüísticas y fomentar el entendimiento entre culturas. Su gramática regular y vocabulario derivado de lenguas europeas lo convirtieron en una herramienta accesible para millones de personas.
El Día de Zamenhof también es conocido como el Día del Libro en Esperanto, ya que en muchas comunidades se organizan ferias y se intercambian textos escritos en esta lengua, reforzando su vigencia cultura.
En países de América Latina, Europa y Asia, los esperantistas se reúnen para realizar lecturas, conciertos, charlas y celebraciones comunitarias, que buscan mantener vivo el legado de Zamenhof y difundir el uso del idioma.
Más allá de lo lingüístico, el esperanto encarna un ideal de fraternidad y solidaridad internacional, valores que Zamenhof defendió en su obra y que siguen inspirando a quienes lo practican.
La proximidad de la fecha con la Navidad también le otorga un carácter especial: muchos esperantistas aprovechan la ocasión para intercambiar regalos y mensajes de paz, reforzando el espíritu de unión que motivó la creación del idioma.
Hoy, el esperanto cuenta con una comunidad activa en más de 120 países, con publicaciones, música, literatura y plataformas digitales que mantienen su vigencia como lengua viva.
El Día de Zamenhof es, por tanto, una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del diálogo intercultural y el papel de las lenguas en la construcción de sociedades más inclusivas.
En un mundo marcado por la diversidad y los desafíos globales, la propuesta de Zamenhof sigue siendo un recordatorio de que la comunicación puede ser un puente hacia la paz.
El Día de Zamenhof no solo celebra el nacimiento de un idioma, sino también la visión de un hombre que soñó con un mundo unido por la palabra. Su legado continúa inspirando a quienes creen que la lengua puede ser un camino hacia la fraternidad universal.
