El ultraderechista José Antonio Kast se impuso con una amplia ventaja sobre la izquierdista Jeannette Jara en la segunda vuelta presidencial celebrada este domingo en Chile, consolidándose como el virtual sucesor de Gabriel Boric.
Con un 25% de los sufragios escrutados, Kast, líder del Partido Republicano, obtiene el 59.8% de los votos, frente al 40.17% logrado por la ex-ministra de Boric. Esta diferencia del 19% marca una clara tendencia.
La contienda de este año se enmarca en una elección histórica, caracterizada por la mayor participación electoral en la historia de Chile debido a la implementación del voto obligatorio. Más de 15.7 millones de personas fueron convocadas a las urnas.
El resultado posicionaría a Kast, ex-diputado ultracatólico de 59 años, como el primer dirigente abiertamente identificado con el pinochetismo en alcanzar la Presidencia en democracia. De confirmarse la tendencia por el Servicio Electoral (Servel), Kast recibirá la banda presidencial el próximo 11 de marzo de manos de Gabriel Boric, su rival en los comicios de 2021.
Declaraciones de Jeanette Jara
La candidata de izquierda, Jeannette Jara, reconoció públicamente su derrota en la segunda vuelta presidencial y se comunicó con su rival, José Antonio Kast, para felicitarlo. A través de una publicación en la red social X, Jara confirmó la conversación y llamó a la unidad.
«La democracia habló fuerte y claro. Me acabo de comunicar con el presidente electo José Antonio Kast para desearle éxito por el bien de Chile», declaró la exministra. Este gesto se enmarca en la tradición democrática chilena, donde el candidato perdedor llama al ganador al conocerse los resultados definitivos.
Jara también envió un mensaje a sus adherentes, asegurando que el trabajo de su sector continuará. «A quienes nos apoyaron y fueron convocados por nuestra candidatura, tengan claro que seguiremos trabajando por avanzar en una mejor vida en nuestra patria. Juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho», agregó, haciendo un llamado a mantener el compromiso político.
Desde 2006, la política chilena ha mantenido una alternancia: ningún presidente le ha entregado el mando a un sucesor del mismo signo político. El único derechista que había gobernado desde el retorno a la democracia fue el fallecido Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), quien, a diferencia de Kast, no fue un partidario explícito del dictador.
Kast lidera el conteo en casi todas las 16 regiones del país, incluyendo plazas consideradas bastiones de la izquierda, como Valparaíso y la Región Metropolitana, donde se ubica la capital.
Ejes de Campaña: Seguridad y migración
La agenda electoral se centró de manera casi exclusiva en el aumento de la delincuencia y la crisis de la migración irregular, a pesar de que Chile mantiene una tasa de homicidios comparativamente baja (6 por cada 100,000 habitantes) respecto a otros países del continente.
Ambos candidatos prometieron medidas para resguardar la frontera norte y reforzar la lucha contra el crimen organizado. No obstante, Kast propuso las acciones más estrictas, como la expulsión masiva de migrantes, la tipificación de la migración irregular como delito y la construcción de cárceles de máxima seguridad con aislamiento total para los líderes del narcotráfico.
Los comicios se desarrollaron en un contexto de fatiga electoral, resultado de las sucesivas votaciones desde las masivas protestas de 2019, y en medio del descontento por la gestión de Boric, cuya aprobación ronda el 30%.
El presidente electo enfrentará un Legislativo fragmentado, donde no existen fuerzas mayoritarias. El bloque de derecha y ultraderecha se sitúa a dos diputados de la mayoría en la Cámara Baja (76 de 155), mientras que en el Senado mantiene un empate de fuerzas con el sector de centro-izquierda e izquierda.
